Tus Ojos de cerámica hipnotizan,
no pestañean porque no pueden pero lo ven todo.
Teresa-taza diminuta de cerámica azul
que luces en el dedo,
jirafa picasiana descoyuntada y preciosa
en posturas no expresamente fotogénicas,
Tus señoras-pecera se balancean
y ponen cara de “yo no he sido”
En tu caballo enorme de papel-periódico
llego al homenaje al escritor que murió defendiendo su biblioteca
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