La ascensión ha sido suave y el aire fresco de la mañana despeja del temprano y oscuro despertar en el albergue de peregrinos.
Camino como cada mañana sintiendo el despertar del mundo en cada pájaro, en cada paso, en el aroma distinto de cada árbol, en cada piedra con la que tropiezan mis botas.
Doy los buenos días al peregrino que se cruza conmigo, al que lleva dos días, al que empezó el Camino de Santiago muy lejos y hace tiempo, al que pasa y al que se arrima para continuar juntos hasta el próximo sendero.
Mezclado con el tilín tilín tolón tolón de los cencerros de las vacas llega un sonido más reconocible en el eco lejano del tiempo que en el de una Galicia recién inaugurada…
Ella, ella ya me olvidó
Cada vez más nítida, como el sol que asoma en el borde de las hojas, la voz que recuerda se cuela entre los árboles traída por un viento repentino.
En el final de la ascensión de una pequeña loma aparecen ante nuestros ojos tasas humeantes, mesas de madera, mochilas y bastones en el suelo.
Un argentino inquieto va de aquí para allá tomando comandas, distribuyendo tostadas, cafés y zumos a alemanes, italianos, catalanes y andaluces como si estuviera en una avenida de una gran ciudad a hora punta.
Y soñamos con hijos que nos robó la playa
Avanzo apoyada en mi bastón pisando las sendas que otros abrieron, dejando que ocurra la vida, el encuentro, hasta el próximo árbol, el siguiente albergue, la noche y el despertar soñoliento en la oscuridad que promete un nuevo día.
Mezclado con el tilín tilín tolón tolón de los cencerros de las vacas llega un sonido más reconocible en el eco lejano del tiempo que en el de una Galicia recién inaugurada…
Ella, ella ya me olvidó
yo, yo la recuerdo ahora.
era como la primavera
su anochecido pelo
su voz dormida al beso
Cada vez más nítida, como el sol que asoma en el borde de las hojas, la voz que recuerda se cuela entre los árboles traída por un viento repentino.
Ella, ella ya se olvidó
De aquellas caminatas
Junto a la costanera
Como no recordarla
en cada primavera
Un argentino inquieto va de aquí para allá tomando comandas, distribuyendo tostadas, cafés y zumos a alemanes, italianos, catalanes y andaluces como si estuviera en una avenida de una gran ciudad a hora punta.
Y soñamos con hijos que nos robó la playa
yo no puedo olvidarla.....
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