Vos te sentás!
y si querés seguí murmurando sola
tu realidad sin propuestas.
Vos te vas ahora!
a aquella farola de allá
con tus sombras y sospechas.
A mí me dejás con las risas y los amigos.
Te reservo
un espacio pequeño
en mi coche.
El resto
me pertenece.
Precioso poema, María Magdalena, me encanta la fuerza que tiene.
ResponderEliminarmuy bueno!
ResponderEliminarhay que animarse a hablarse asi a uno mismo...
pero a veces es necesario
tqm pablo