La fachada imponente está lista
para el rodaje
de una película santa
con sus figurantes
deambulando eternamente.
Apoyados en bastones
llegan bajo la lluvia,
bajo el sol.
Como sacos de patatas
caen sobre mochilas enormes.
por un cuerpo exhausto
sólo cubierto por bermudas y sombrero.
Abrazos, sonrisas,
Largas colas
para abrazar una estatua fria.
y ofrece sus llagas al tiempo que
el botafumeiro oscilante
agrega humo a sus harapos.
Los chirridos de los gatos encerrados en la gaita
retumban en las paredes de piedra en el callejón a la plaza
donde avanzan cansadas las ruedas
de una bicicleta pergrina.
al tiempo que sus blancos senos se alinean
atrapando al gaitero en una instantánea.
El frescor del pasaje se ventila, se disipa, se acalora
en la explanada lumínica de la plaza.
Me gusta!
ResponderEliminarhola amiga, es un canto a la aventura, a experiencia, a la alegria misma de vivir. Esta estupendo.!!!
ResponderEliminarMe ha encantado
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