jueves, 24 de abril de 2014

NO PUEDO PONER NI LA PRIMERA LINEA DE LA EMOCION QUE SIENTO








Homenaje a Cheo Feliciano





Chenchita coge el rallador viejo que trajo de Puerto Rico, pela los plátanos y los ralla.

Uno a uno. Hasta hacer un puré con todos.

Es un día especial. Viene a comer Ruben, un amigo de su hijo Cheo.



A las seis es la cita, no te olvides de ir.

Pa bailar la pachanga con Ester i Fifi.

A las seis te voy a ver,

a que bailes la pachanga mama.

Pa' ti yo traigo malanga rica, 

pa'que gozes como es tu ve.


Al ritmo de vibráfono de la canción de la radio, Chenchita agrega sal, aceite y semillas de achiote cocidas en aceite, le gusta más que el sazón que usan sus comadres.

Una pizquita de pimienta negra y leche bien mezclados, para que el plátano no coja color.

Mientras machaca la masa recuerda los comienzos de su hijo en la gran manzana de la mano del percusionista Gilberto Calderón, neoyorican líder del sexteto Joe Cuba.

Para el sofrito suele usar cilantro normal y del otro, "recado", junto con el ajo, ají, cebolla, ajo y la carne de cerdo.

En Ponce, su pueblo, asan el pimiento morrón en la lumbre, lo enfrían parta quitarle la piel y lo agregan cortadito en tiras muy finas.

De allí son también Tommy el vibrafonista y Jimmy, timbalero que canta unos boleros in english who makes me cry.

Las aceitunas partidas a la mitad y por último las patatas para que absorba el jugo.

Ruben siempre le dice a Cheo:

Chaito: ¿Cuando vamos a por Chenchita que quiero probar las alcapurrias?

Y cuando llega a la casa se quita los zapatos y se tira en el piso a compartir con los viejos.

Chenchita, "la vieja" de Cheo, de Chaito, arma con maestría las alcapurrias colocando un poco de masa en una cuchara, un poco de relleno y envolviendo con otra hasta formar una croqueta alargada.

Una vez armadas, las congela para que al freirlas luego no se desarmen.

Hoy lo va a hacer de otra forma, a las seis es la cita , no te olvides de ir .

El invitado está por llegar.

El aceite caliente pero que no humee, ya se sabe, que cubra las alcapurrias y cuando están tostaditas las retira.


Voy subiendo la carretera 

Vuelvo al pueblo donde espera

La madre que quiero yo 

Es que yo voy

Mi corazón se acelera

Vuelvo a Ponce donde me espera

La madre que adoro yo…


Comieron las alcapurrias ó carimañolas en Nueva York y después de muchos años, la mamá y el papá de Cheo se mudaron a Ponce.

El ya vivía allá hace rato en Puerto Rico.

Y Ruben seguía visitándolo; le decía: ¿Vamos pa Ponce a ver la vieja?

Un día de éstos, reencuentros y comidas, Cheo le confesó a Rubén :

"Yo amo tanto a mi vieja que este amor que siento no me permite escribir una canción por que me bloqueo, no puedo poner ni la primera línea de la emoción que siento".

Rubén escuchó, calló y se fué.

Pasó el tiempo, y un día al regreso a Puerto Rico Ruben le dice:

- Ahí te traje eso.

Y le trajo la canción Chenchita.

Ruben Blades era considerado por Cheo Feliciano su hermano gemelo espiritual; el plasmó en esa canción lo que él no pudo.









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