domingo, 6 de abril de 2014

TILÍN TILÍN TOLÓN TOLÓN ELLA YA ME OLVIDÓ














La ascensión ha sido suave y el aire fresco de la mañana despeja del temprano y oscuro despertar en el albergue de peregrinos.

Camino como cada mañana sintiendo el despertar del mundo en cada pájaro, en cada paso, en el aroma distinto de cada árbol, en cada piedra con la que tropiezan mis botas.

Doy los buenos días al peregrino que se cruza conmigo, al que lleva dos días, al que empezó el Camino de Santiago muy lejos y hace tiempo, al que pasa y al que se arrima para continuar juntos hasta el próximo sendero.

Mezclado con el tilín tilín tolón tolón de los cencerros de las vacas llega un sonido más reconocible en el eco lejano del tiempo que en el de una Galicia recién inaugurada…

Ella, ella ya me olvidó

yo, yo la recuerdo ahora.

era como la primavera

su anochecido pelo 

su voz dormida al beso 

Cada vez más nítida, como el sol que asoma en el borde de las hojas, la voz que recuerda se cuela entre los árboles traída por un viento repentino.


Ella, ella ya se olvidó

De aquellas caminatas

Junto a la costanera


En el final de la ascensión de una pequeña loma aparecen ante nuestros ojos tasas humeantes, mesas de madera, mochilas y bastones en el suelo.

Como no recordarla 

en cada primavera

Un argentino inquieto va de aquí para allá tomando comandas, distribuyendo tostadas, cafés y zumos a alemanes, italianos, catalanes y andaluces como si estuviera en una avenida de una gran ciudad a hora punta.

Y soñamos con hijos que nos robó la playa

yo no puedo olvidarla.....


Avanzo apoyada en mi bastón pisando las sendas que otros abrieron, dejando que ocurra la vida, el encuentro, hasta el próximo árbol, el siguiente albergue, la noche y el despertar soñoliento en la oscuridad que promete un nuevo día.








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