miércoles, 5 de noviembre de 2014

SURREALISMO QUE SUBE A UN TREN EN BUENOS AIRES







                                                                                       PAISAJES CON FERROCARRILES PINTADOS AL ÓLEO
                                                                                                                                 JANET TERNOFF


Se tomaron el tren de las tres.
A las tres y media.

Mientras el tren se iba.
Se alejaba lentamente como si nada. 
Como si nada no, como si, como si...
Como si la espuma del mar alcanzara una dimensión gigantesca y se subiera a aquella casita sobre la colina, allá lejos, ¿la ve?
Si. la blanca con dos ventanas.
Le  vemos solo una parte.
Una parte de la realidad subida a una ventana.
Intentando saltar.
EL SUR
El, surcando los mares se alejó.
Elsurrialdo se fué al sur.
Els Urrkitz le dijo:sacate los zapatos.
Un tren, una colonia, una colina, se fué, se alejó, como si nada, como si..., como si...
El libro sobre la mesa y el disco girando.
Los libros girando, las mesas, el mareo, el éxtasis.
Y las manos.                     
Un tren.
Otro tren.
Que arranca.
Las manos.
Que arranca las manos.
y arrancó y yo subía y me tendieron las manos unos señores y ella se fué a Bahía en tren.
Y ahora no hablamos.
Como antes.
Que yo le tiraba una piedrita a su ventana y entraba.
En su vida.
Y me subieron.
A mi, mi mochila y mi flauta.
Y lloraba y el tren había partido.
Sin tocar Buenos Aires.
Tocandola toda, desde santa Fé y Corrientes.
Bar blanco y negro desde donde hablar por teléfono a Gabriela que vivía enfrente.
Y llovía aquella tarde.
Y yo vi aquella tarde un ciervo.
Y yo viajaba a gran velocidad aquella tarde mientras un ciervo se asomaba.
Los vidrios empañados.
Los ojos empapados.
Tocando BuenosAires.
Negando la vida para nacer de vuelta.
Perdiendo el poema para volver a escribir.
Olvidando el camino para volver a andar.
Ni tren.            
Ni tarde de lluvia.
Niaskatruca pirondanga.
Lluvia maldita del no andar.
Y entonces le dijo: 
Prondinga askatrabuca.
Y entendió las estrellas y la noche.
La luna y la espuma de afeitar.
Y los cordones de los zapatos amarillos.





     








2 comentarios:

  1. Que talento para escribir! Muy bueno Magdalena!

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  2. me gustò, es diferente y te hace pensar distinto.

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